En el silencio de la madrugada

En horas tranquilas
de la madrugada
reina en el ambiente
una fuerza ignorada.

Hora de compartir
con el ser adorado,
en medio del silencio,
tomados de la mano.

Hora de comprender
el misterio sagrado
que nos dividió
en sexos separados.

Hora de entender 
el misterio del amor
que nos reúne a los dos
en un todo creador.

En medio del silencio
donde reina la calma,
donde arde serena
la eterna flama.

En la paz de la noche,
tomados de la mano,
reconquistemos el rastro 
de los antepasados.

Hora de mirar 
hacia el mañana
como las ilusiones 
se acaban.

Es hora de sentarse  meditar
en el eterno secreto 
del amar.

Relajemos el cuerpo
cerca del ser amado
y la mente repose
como el agua de un lago.

Saturados de amor,
con los ojos cerrados,
hacia el ser interior 
con sentimiento sagrado...

En horas tranquilas
de la madrugada
recordemos la historia
olvidada.

Amor,
bésame en los labios
que te amo,
quiero ver en ti
un ser sagrado.

Reconquistar así
la poesía
y la flor de la inocencia
perdida.

Un calor divino,
un suave sopor
y la electricidad
del amor.

Quiero subir contigo
todas las montañas
en el silencio
de la madrugada.

En horas del silencio,
en la oscuridad callada,
en la paz del espíritu,
en la historia olvidada.





Ciudad Guayana, jueves 12 de septiembre de 1991.