Soy el amor de los siglos

  
¿Acaso no me conoces?
Estoy en todo lo bello,
en el sentimiento tierno 
y en la mirada radiante,
en la esperanza de un hijo
y en el transcurso del tiempo.

El amor está presente
en la historia de los siglos,
en el rugido del mar
y en el crepitar del fuego.

¿No reconoces mis signos 
en la flor de primavera
y en la sonrisa de un niño
y el recuerdo de los viejos,
en el verso del poema
y en el sentimiento intenso?

La naturaleza canta
con lenguaje muy audible
para aquel que meditando
espera con alma sensible.
En cada gota de lluvia
hay una lágrima oculta
y en cada soplo del viento
hay un suspiro escondido.

Por tanto, no cierres las puertas
a la fuerza del amor,
mira que estoy ofreciendo
una dádiva de Dios.

Mira que de este vino 
hay un poco para ti,
mira que hay mucho frío
y el fuego sagrado está en mí.
No cierres nunca las puertas
a la fuerza del amor
porque en mis palabras 
hay fuego de salvación.

Mira que en el calendario
se van pasando los días
y los años van llegando
con su triste melodía.

Yo soy el amor que enciende
en el pecho la esperanza,
yo soy quien toca tu puerta,
yo quien cristaliza el alma.
¿Acaso no me conoces?
Estoy en todo lo bello,
en el sentimiento puro 
y en la mirada radiante,
en la esperanza de un hijo
y en el transcurso del tiempo.

Ciudad Guayana, 05 de septiembre de 1991